martes, 1 de noviembre de 2016

Cachorros provocan Juego 7 en la Serie Mundial


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Cachorros bombardearon a los Indios, habrá juego 7 (1:47)
CLEVELAND -- Si los Cachorros de Chicago y los Indios de Clevelandhan tenido que esperar décadas por un campeonato, disputar un séptimo juego no está de más.
Addison Russell conectó un jonrón con las bases llenas en respaldo de Jake Arrieta para que los Cachorros derrotasen el martes 9-3 a los Indios y llevasen al máximo esta Serie Mundial entre las franquicias con las sequías sin título más prolongadas en el béisbol de las Grandes Ligas. Kris Bryant y Anthony Rizzo también sacudieron jonrones dentro de un ataque de 13 hits de Chicago.
El jonrón de Bryant encendió un racimo de tres carreras en el primer inning, marcando la tónica. El batazo de Russell en el tercero, el primer grand slam en una Clásico de Otoño desde 2005, alejó a los Cachorros, que por segundo juego seguido evitaron la eliminación y el miércoles intentarán atrapar su primer campeonato desde 1908.
"Lo más correcto y apropiado es que esto se fuera a siete juegos", afirmó el manager de los Cachorros, Joe Maddon.
Por segundo partido consecutivo, y pese a una ventaja de cinco carreras, Aroldis Chapman debió entrar en el séptimo, esta vez para sacar cuatro outs en vez de ocho.
De ganar, Chicago podría convertirse en el séptimo club que en la historia de la Serie Mundial que se corona tras remontar un 3-1 en contra y el primero que lo consigue fuera de casa desde que los Piratas de Pittsburgh superaron a los Orioles de Baltimore en 1979.
"Uno sueña esto", destacó Bryant. "Vamos a jugar el séptimo juego mañana, y será muy especial".
El miércoles, Kyle Hendricks abrirá por los Cachorros ante Corey Kluber, quien se ha acreditado un par de victorias en esta Serie y tratará de emular a Mickey Lolich de Detroit como los únicos abridores con tres triunfos. Lolich lo hizo en 1968.
"Los grandes pitchers pueden hacer cosas especiales", dijo el piloto de los Indios, Terry Francona. "Ésta fue una decisión fácil, después de hablar con él".
Pero el as de los Indios se las verá ahora con unos encendidos Cachorros, que solo pudieron anotarle una carrera en 12 innings en sus dos enfrentamientos previos.
Todo parecía perfecto para que Cleveland festejase su primer campeonato desde 1948, con una temperatura agradable de 22 grados centígrados (71 F) a la hora del primer lanzamiento.
Sin embargo, los Cachorros atacaron sin piedad a Josh Tomlin. El abridor de los Indios no pasó del tercer inning, a la vez víctima de la torpeza de sus jardineros Tyler Naquin y Lonnie Chisenhall.
Tomlin parecía sortear el primero sin problemas. Tenía en 0-2 a Bryant, el tercer bateador, pero dejó una curva colgada a la altura de la cintura y el toletero de los Cachorros la desapareció, un batazo que viajó 433 pies hasta caer en las tribunas del bosque izquierdo.
Todo se complicó más cuando Anthony Rizzo y Ben Zobristconectaron sencillos seguidos y Russell bateó un elevado sin peligro entre el derecho y el central. Pero el jardinero derecho Chisenhall y el novato Naquin en el central, no se entendieron y dejaron que la pelota cayera en la grama. Rizzo anotó tranquilamente y Zobrist lo hizo también tras embestir en el plato al receptor Roberto Pérez.
El golpe de gracia se produjo en el tercero. Tomlin llenó las bases con un out y el manager Terry Francona decidió traer a Dan Otero para enfrentar a Russell, quien bateó su jonrón a un ofrecimiento en 2-0 del relevista por el bosque central.
Fue el primer grand slam en una Serie Mundial desde que Paul Konerko dio uno para los Medias Blancas, el otro equipo de Chicago, en el segundo juego de la edición de 2005. Russell empató a Bobby Richardson, Hideki Matsui y Albert Pujols con la mayor cantidad de impulsadas en un juego.
También fue el primer grand slam de un jugador de los Cachorros en Series Mundial y el primero sufrido por un lanzador de los Indios.
A sus 22 años, Russell quedó como segundo jugador más joven en batear un grand slam en una Serie Mundial, por detrás de Mickey Mantle. El mito de los Yanquis tenía 21 años cuando conectó uno contra Brooklyn el 4 de octubre de 1953.
Tomlin acabó permitiendo seis carreras y seis hits en apenas la segunda salida de su carrera sin el descanso habitual.
Con un amplia ventaja para maniobrar, Arrieta recetó nueve ponches al cubrir cinco innings y dos tercios para su segunda victoria en la Serie. El derecho barbudo, ganador del Cy Young de la Liga Nacional el año pasado, diseminó tres hits y dos carreras, con tres boletos.
Cleveland logró descontar ante Arrieta mediante un sencillo remolcador de Mike Napoli en el cuarto y un jonrón solitario de Jason Kipnis en el quinto. Los Indios rayaron una vez más en el noveno capítulo.
Luego que el domingo cumplió la actuación más larga de su carrera en las mayores, con un salvado de ocho outs, el cubano Chapman volvió a relevar a partir del séptimo, cuando el manager Maddon no quiso tomar riesgos para enfrentar a Francisco Lindor con corredores en primera y segunda y dos outs.
Lindor bateó un rodado débil al primera base Anthony Rizzo, quien tiró hacia Chapman en la almohadilla. El umpire de primera Sam Holbrook cantó quieto, pero la decisión fue revertida tras una revisión del video. Aunque acabó renqueante por una aparente dolencia, Chapman sonrió.
Un jonrón adicional de Rizzo, con Kyle Schwarber, puso cifras definitivas.
Chapman reapareció en el montículo en el noveno, pero tras conceder un boleto al primer bateador Brandon Guyer fue reemplazado por Pedro StropTravis Wood se encargó de sacar el último out, con un elevado de Kipnis.
Por los Cachorros, el venezolano Willson Contreras de 3-0. El puertorriqueño Javier Báez de 4-1.
Por los Indios, los dominicanos Carlos Santana de 4-0, José Ramírez de 4-1. Los puertorriqueños Lindor de 3-0, Pérez de 3-1 con una remolcada.

Cuestionable manejo de pitcheo por ambos equipos

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Cleveland a uno del título (1:47)
Los Cachorros de Chicago forzaron el séptimo juego de la Serie Mundial al vencer por paliza a los Indios de Cleveland, que soñaban con festejar este martes su primera corona desde 1948.
Pero los Cachorros atacaron temprano al abridor Josh Tomlin y después de dos outs le fabricaron tres carreras en el primer episodio, con la ayuda de una inexplicable falta de comunicación entre los jardineros derecho y central, Lonnie Chisenhall y Tyler Naquin, respectivamente.
Tomlin, que en su salida anterior había permitido apenas dos hits en 4.2 innings, fue duramente castigado esta vez con seis limpias en los dos episodios y un tercio que pudo mantenerse en el montículo.
Esta pobre salida del derecho de Cleveland, unida a la derrota sufrida el domingo por el abridor Trevor Bauer ponen en tela de juicio la estrategia del manager Terry Francona de usar una rotación de tres lanzadores, pues solamente Corey Kluber, quien lanzará en el séptimo encuentro, ha sido capaz de responder con tres días de descanso.
Depende ahora de Kluber comprobar si el plan de Francona era el acertado o si fue lo que terminó costándole a los Indios su primer título en 68 años.
Pero si de manejar mal el pitcheo se trata, el director de Chicago, Joe Maddon, hoy se pasó de la línea.
Con el juego en ventaja cómoda de 7-2, a la altura del séptimo innings y dos outs en la pizarra, llamó del bullpen sin siquiera situación de salvamento al lanzallamas cubano Aroldis Chapman, quien dos días antes había hecho el relevo más largo de su carrera.
No había necesidad. O al menos, no había la urgencia. Chapman sacó el tercer out del séptimo y retiró el octavo.
En el principio del noveno, Anthony Rizzo amplió la pizarra a 9-2 con bambinazo con uno a bordo y aun así, Maddon lo mandó a iniciar el último inning, en lugar de darle un merecido descanso.
Los sacó luego de transferir al primer bateador del inning y con una ventaja ya de siete anotaciones.
Pero con esa decisión a todas luces de pánico, Maddon envía en primer lugar un mensaje de desconfianza al resto de los relevistas, quienes ayudaron a llegar hasta este punto antes de que el cerrador cubano fuera transferido desde los Yankees a mitad de campaña.
Y en segundo lugar, somete a su relevista estrella a un trabajo excesivo e innecesario, cuyas consecuencias pueden salir a relucir cuando requiera sus servicios en el juego decisivo.
En la base por bolas que le concedió a Brandon Guyer, el único bateador que enfrentó en el noveno, ninguno de los pitcheos de Chapman sobrepasaron las 99 millas por hora, presunta prueba de que el cansancio haya comenzado a hacer mella en el hombre que más duro lanza una pelota de béisbol.
Este miércoles sabremos a quien le salió bien o mal la manera de manejar su pitcheo, tanto a corto, como a largo plazos.